lunes, 20 de septiembre de 2010

No sé si llorar

La respiración se me hace cada vez más difícil. Quiero hablar, pero las palabras no me salen. Algo me lo impide. Las lágrimas quieren salir, pero no logran más que hacer difícil la visibilidad. ¡Eso es! No quiero ver, ni hablar. No puedo, y no quiero. Inhalo fuerte. Siento el viento sobre mi rostro, pero el aire no entra a mis pulmones. Me preocupo, me agito, me espanto...

No sé si llorar. Y tampoco sé si pueda.

martes, 14 de septiembre de 2010

Direcciones

V: y, ¿a dónde vivís ahora?
J: aquí por el monumento a la justicia.
V: por aquella figura.
J: ajá. Bueno, pasás la figura y, luego, te vas sobre esa calle. Y seguís, seguís...
V: ¿no hago el cruce aquel?
J: no. Seguís recto. Hasta llegar a una pluma.
V: ajá.
J: entonces, seguís recto. ¡No, no, no!
V: ¡¿qué?!
J: me equivoqué.
V: ¿entonces?
J: seguís recto, hasta llegar a un cruce obligado a la derecha.
V: ok.
J: de ahí, seguís recto, recto, recto...
V: hasta llegar a la pluma.
J: ¡exacto!
V: ¿y luego?
J: entonces, seguís recto.
V: ¿cuántas cuadras?
J: una, dos, tres... A la cuarta te metés. Hay un portón verde.
V: ¿es un pasaje?
J: sí.
V: ¿cómo se llama, o qué número es?
J: se llama como aquella playa.
V: ya. Bueno, tenés el don de guiar a la gente.
J: habría sido más fácil decirte que abordés el autobús 22, te bajás en la esquina de la empresa aquella, cruzás a la derecha y bajás tres pasajes. Te metés en el cuarto. El que tiene el nombre de la playa.
V: eso parece más fácil. En fin... Me voy.
J: bueno. Cuidate.
V: igual.

--"¡Ja! Como si algún día fueras, realmente, a ir de visita", dijo el sentido común--.