Había tenido una buena comida con el Sr. Brown esa tarde, y había sido productiva. Hablamos de todo. Entre cosas interesantes y cosas que no ameritan ser repetidas. Pero había algo que él dijo y que no me dejó dormir la siesta. Era una frase (o lo que retuve de ella): "Era la despedida. (...) La verdad, es mejor así", dijo como quien pretende hacer énfasis en la seguridad de las palabras. Yo le creí, claro. Pero algo en mí me recordó que aún tenía algo personal que no me creo: la gana de estar en soledad.
Me senté frente a la computadora y, sin más, me dispuse a buscar la razón de ese deseo de soledad que me invade cada día. No la encontré. En cambio, encontré el significado de la palabra: "Carencia voluntaria o involuntaria de compañía". Así era. Era justo lo que deseaba, y era voluntario. Al menos eso creo, o eso quiero pensar.
No pasaron muchos minutos antes de reparar en la búsqueda de lo que en verdad siento, cuando digo que necesito soledad. Es como cuando uno está excitado por algún acontecimiento. Pero realmente excitado. Tanto, que prefiere guardarse tanta emoción y la emoción se hace más grande. Pues eso. Es lo que siento cada vez que pienso en soledad.
- - -
Me detuve un momento pero, justo ahora, me dispongo a continuar el texto. Viene a mi mente la pregunta de si esa sensación es buena o mala. Pero en esos términos no pienso perder el tiempo. Mientras, disfrutaré del cuarto, quinto y sexto significado que da el diccionario, sobre la palabra soledad:
"4. f. Tonada andaluza de carácter melancólico, en compás de tres por ocho.
5. f. Copla que se canta con esta música.
6. f. Danza que se baila con ella."
Suena extraño, lo sé. Pero en verdad quiero escuchar, cantar y, sobre todo, bailar.
P.D.: "Querer: desear o apetecer".
P.D.2: "Desear: anhelar que acontezca o deje de acontecer algún suceso; Apetecer: tener gana de algo".
P.D.3: "Gana: deseo".
lunes, 14 de septiembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario